Una reforma integral del edificio en la que se han mantenido las fachadas originarias del edificio. Para ello se instaló un complejo sistema de apeos y arriostramiento de las fachadas para posteriormente iniciar el desmontaje de la cubierta, y derribo y vaciado de todo el edificio.
Una vez derribado totalmente, se inició la construcción del nuevo edificio, con una cimentación y estructura de hormigón encajados perfectamente entre las medianeras de los edificios colindantes.
Todo el edificio se ha hecho nuevo, respetando la estética de los edificios de la Plaza del Buen Pastor, con carpinterías exteriores y miradores de madera pintada en gris, y herrerías artesanales de mismo color.
El resultado ha sido un clásico y elegante edificio visto desde el exterior y unos modernos, ecoeficientes y confortables apartamentos en el interior.
Obra ejecutada en línea con los plazos y presupuesto establecidos como objetivo del proyecto.